Muchas veces nos preguntáis cómo desarrollamos nuestra labor en el Aula Hospitalaria.
Las aulas hospitalarias
son un ejemplo de inclusión educativa de todos nuestros alumnos/as, se trabaja
con distintas edades y niveles de competencia (desde la Educación Infantil hasta el final de la Secundaria Obligatoria e incluso el Bachillerato o FP), y nuestro trabajo diario consiste en encontrar respuestas
pedagógicas y propuestas didácticas que ayuden a estimular y fomentar la
participación del alumnado en su totalidad con actividades lúdicas, metodologías
adaptadas a las necesidades del alumnado y a su estado de salud, sin olvidar
que trabajamos también conjuntamente con las familias que asisten al aula.
Mediante el juego, trabajamos las distintas áreas del currículum educativo (mediante juegos de geografía, otros de cálculo matemático y / o destreza lingüística, educación plástica, inglés y demás), y aseguramos que el alumnado ingresado, aprenda de la forma más amena y relajada posible.
Como docentes, mantenemos una rutina
durante el ingreso hospitalario lo más normalizada posible, cuidando del estado
de salud del alumno/a y fomentado un entorno favorecedor y motivador con
actividades donde tiene cabida el juego, el arte, la risa, el compañerismo y si
las condiciones de salud lo permiten, el
alumno/a debe continuar el currículo establecido con carácter general en el
nivel correspondiente, realizando en cada caso, las oportunas modificaciones.
Para ello se fomenta la conciencia de responsabilidad mediante el desarrollo
actividades adaptadas proporcionadas por su tutor/a en casos de largas
estancias y estableciendo las medidas necesarias para que cada alumno/a
esté en contacto con sus compañeros, tutor, centro y amigos realizando
videollamadas programadas.
Así pues, desde el aula
hospitalaria se potencia el proceso de comunicación entre el centro de origen y
el entorno hospitalario, mediante el uso de las tecnologías, con la
intencionalidad de facilitar la estancia y la incorporación al centro de
referencia en el momento en el que se produzca el final de su hospitalización.
De esta manera intentamos paliar la rotura de normalidad que todo ingreso
supone.
Las emociones modulan el
aprendizaje y muchos niños necesitan relajarse mediante el yoga o realizar
descansos activos.
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